jueves, 5 de mayo de 2011

Pañales de tela: salvando el planeta un bebé a la vez

Escrito en colaboración con Fabiola Cruz Ramos


Pañales: Si usted no es padre de un bebé o lo fue hace mucho tiempo, tal vez no tenga presente el enorme mercado que estos productos representan. En un estudio reciente, la Revista del Consumidor de la PROFECO analizó 176 marcas diferentes de este producto y se calcula que cada año se consumen, sólo en México, 5 mil millones de pañales desechables. Aunque representan un porcentaje muy pequeño de los desechos (alrededor del 3%), son complicados de manejar pues contienen residuos biológicos y por lo mismo no pueden reciclarse. Teóricamente deben ser incinerados, sin embargo, nuestra escasa cultura de la basura no nos lleva a separarlos adecuadamente y a menudo terminan en algún tiradero, provocando contaminación del aire, el agua y el subsuelo. 
Además del reto ecológico que lo anterior supone, los pañales son una auténtica sangría económica. Cada paquete de 40 piezas cuesta entre 90 y 200 pesos, y algunas marcas son más caras. Dependiendo de las costumbres, las necesidades individuales, la capacidad económica y el cuidado que cada familia ponga a su bebé, hay quienes declaran gastarse la friolera de 1,000 pesos mensuales en un producto que, irremediablemente, termina en la basura. 
¿Acaso no es prudente pensar en volver a los pañales de tela que eran comunes aún cuando nacimos muchos de los que hoy nos estrenamos como padres? Es un planteamiento difícil: la mayoría de las mujeres dirán que ya pasaron esos tiempos de esclavitud en los que debían tallar y tallar para quitar la mugre; algunos padres afirmarán que es más cómodo quitar y tirar; otros se horrorizarán pensando en la posibilidad de que a su bebé se le escurra la pipí al apretarlo con un amoroso abrazo; habrá incluso quien debata sobre la cantidad de agua ‘desperdiciada’ al lavarlos.
Todas las anteriores son ideas preconcebidas, y si algún día el futuro nos alcanza y los pañales de plástico corren el mismo destino que las bolsas del super, es bueno saber que existen alternativas eficaces y cómodas. Desde hace varios años, la tecnología ha producido una nueva generación de pañales de tela, respetuosos con el ambiente y económicamente rentables. 

Imagen publicada por Miss Messie, http://www.flickr.com/photos/97335141@N00/4349763099/in/photostream/










Materiales
Los pañales reusables de última generación se dividen en dos partes: una cubierta exterior, o ‘calzoncito’, que es propiamente el pañal que se le pone al bebé y una inserción que se coloca dentro del ‘calzoncito’. La vista exterior del ‘calzoncito’ es una tela de acabado impermeable; la parte interior es una tela que permite respirar la piel del bebé y que deja pasar los líquidos a la inserción. La inserción es una toalla, hecha de algodón o bambú y recubierta con una microfibra especial, que se coloca en una bolsita entre las telas interior y exterior.
La inserción o toalla tiene la misma función que los miles de químicos que se colocan a los pañales desechables: contener los líquidos y mantener seco al bebé. Sólo que en lugar de ‘gelatinizarlos’ los absorbe potentemente; el efecto durará menos tiempo que el de un pañal desechable, pero el suficiente que sería razonable (y humano) para unos padres atentos a su retoño.
Este pañal no necesita los típicos alfileres de seguridad pues tienen una tira de velcro ajustable que lo mantendrá en su lugar con todo y los movimientos normales de la criatura.

Ventajas
La primera de las ventajas es el costo - beneficio. Cada uno cuesta alrededor de 300 pesos; si consideramos que los fabricantes recomiendan tener 12 por etapa, estamos hablando de una inversión de 3,600 pesos ¡una sola vez!. Si se les dan los cuidados necesarios, los pañales pueden ser reutilizados por un segundo bebé, pues se puede comprar el modelo unitalla que sirve desde recién nacido hasta los dos años aproximadamente.
Otra ventaja es que se evitan rozaduras, pues al ser de tela la piel puede respirar y se evitan las molestias tradicionales del pañal de plástico.

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